La mayoría de las organizaciones ven la formación y capacitación de sus colaboradores como un gasto y no como una inversión. Sin embargo, los empleados no capacitados, inevitablemente, carecen de la motivación y el conocimiento para explotar todo su potencial en el trabajo.
Si bien, las empresas pueden saber lo que cuesta capacitar a un colaborador, a menudo ignoran la pregunta más importante: ¿cuál es el costo de no capacitar a su equipo?
En su libro The great principle of management, Michael Lebouef afirma: “si las empresas piensan que la formación de sus empleados es cara, es porque no saben el precio verdadero de no capacitarlos. Las compañías que tienen colaboradores leales y comprometidos invierten en programas de formación permanente”.
Estas son algunas razones por las que los colaboradores que no reciben formación pueden afectar gravemente el desempeño de las organizaciones:
La formación de los colaboradores es menos costosa que reclutar nuevo personal:
La falta de formación hace que las personas no se sientan valoradas en su trabajo y esto provoca su salida, ya sea por decisión propia o por su desempeño. Aunque reemplazar a un empleado por otro suene simple, contratar a alguien puede costar hasta el 30% de su salario, si alguien gana 60.000 dólares al año, contratarlo puede costar 20.000 dólares adicionales.
En cambio, brindarles formación a los actuales colaboradores puede costar mucho menos dinero y tomar menos tiempo. Según un estudio de Right Management, un 70% de las compañías afirman que la rotación tiene un impacto financiero negativo debido al alto costo del reclutamiento, contratación y formación de nuevo personal.
Una formación eficaz aumenta la productividad
La competencia global y el avance de la tecnología implica que las competencias deban actualizarse continuamente para mantener la competitividad de las compañías. Por ello, las organizaciones deben priorizar y promover la formación de sus equipos, lo cual no significa pasar 8 horas al día en conferencias y seminarios en hoteles, mucho menos con la irrupción de la pandemia ocasionada por el COVID-19.
Acá es donde la tecnología entra en juego y el eLearning, o formación online, vienen al rescate. Este tipo de cursos permiten condensar en pocas horas el mismo conocimiento de un curso presencial que toma días, lo cual aumenta la productividad de las personas y reduce el tiempo que deben destinar a su capacitación.
La productividad aumenta también porque la formación hace que el equipo se sienta valorado y empoderado, fomentando su compromiso y motivación. Un estudio del National Center on the Educational Quality of the Workforce, encontró que un aumento de 10% en los programas de formación produjo un aumento del 8.6% en la productividad de las empresas involucradas.
La formación es un factor crítico de retención
Las compañías que no cuentan con oportunidades claras de desarrollo generan una sensación de estancamiento en sus colaboradores que conlleva a la pérdida de los mismo en otras organizaciones que les permiten progresar continuamente.
Formar continuamente a un colaborador es la mejor forma de decirle que en esta compañía nunca parará de crecer, que nos importa su desarrollo y que cada día sea mejor profesional.
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Otras cifras relevantes
Según la revista HR, las compañías que invierten en la formación de sus colaboradores pueden obtener en promedio un 24% más de ganancias que las empresas que no lo hacen.
Además, un estudio realizado por ATD que incluyó más de 2500 empresas, encontró que las compañías que ofrecen programas de formación tienen más del doble de ingresos por colaborador que las que no ofrecen capacitación para sus equipos.
Antes de renunciar a la formación, las empresas deberían considerar lo costoso que puede resultar no capacitar a sus empleados. Tomar en cuenta la reducción de productividad que eso conlleva, el costo de la rotación de sus colaboradores y la pérdida de clientes debido a los errores cometidos por el personal desactualizado. La formación y la felicidad del equipo es tan valiosa como los propios trabajadores.
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